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viernes, 10 de diciembre de 2010

De Comodoro a Buenos Aires

Bendiciones
Presentes, cotidianas, rezadas y sin plegarias, merecidas y ni soñadas , en el momento menos pensado o a la hora más esperada, como caricia pronunciada, como bálsamo que alivia, como regalo del cielo.
Como expresiones de fe o como vuelo del alma,
A veces encubiertas, ocultas, disfrazadas;  y otras como tales: reveladas, reconocibles, mágicas! Con la gratuidad de la ofrenda,  en hechos o en palabras,  las bendiciones nos llegan y como sean, nos salvan.
Y el corazón nos susurra una canción de alabanza, y sonreímos benditos,  nos ha vuelto la esperanza!
Gracias Ami, Le, Bruno!!! Los queremos!!!


"En aquellos días,  María se puso de camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá;  entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.  En cuanto Isabel escuchó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo,  y dijo voz en grito:
¡Bendita tú eres entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! 
¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?  En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre.  ¡Dichosa tú que has creído!, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá."
Evangelio de Lucas 1, 39-45