A veces un silencio, no es ausencia de palabras;
a veces no es desierto de ideas, argumentos ni razones.
A veces un silencio es océano de letras sin poder ordenarlas;
marea de emociones... sin poder expresarlas.
A veces un silencio no es vacío de palabras, sino, simplemente,
no poder pronunciarlas.
A veces un silencio, es un nudo en la garganta.
A veces un silencio, es un nudo en la garganta.