Se cruzan caminos, se mezclan las auras.
Se ven para siempre,
la suerte está echada.
Ya no hay tiempos vacíos, aun en la distancia.
Aquello que es, perdura,
en aparente calma.
En la tempestad de pronto, las urgencias claman.
Se pierden, se buscan...
más todo se encuentra ileso, allí, donde estaba!
Se enlazan de nuevo las manos sagradas
y se pronuncia toda la verdad callada.
La santidad fluye en las miradas claras;
rebrotan fecundos los lazos eternos, la hermandad del alma.
El alba despunta, la niebla se rompe,
El rocío riega la hierba en las tumbas,
sonríen las ánimas! los ángeles cantan salmos de esperanza!!!
¿Quién dijo que nada florece en invierno?!!!
-Dedicado a los dos Alejandros, celebrando su Encuentro-