de santos absurdos que sortean gracias...
ni voy ni les creo, no me da la gana.
Ni creo en finales felices de cuentos,
para las princesas y unos pocos más...
como en las estampas, unos pocos más...
Ahora prefiero palabras más claras, de gente cierta y realidades magras; mirar la Tierra,
cantar unos mantras...
No creo en finales felices de cuentos.
Hoy creo en tus ojos, profundos y abiertos a un mundo que espera de tu compasión.
Por suerte tus ojos no dicen mentiras... por suerte tus ojos no dicen finales de cuentos!