Como las linternas que se lleva el río o suben al cielo despejando sombras, ahuyentando espíritus, como en un cuento o tradición lejana, en el cielo de mi patio hace instantes, se detuvo una que apareció de la nada.
Solitaria y simbólica, pensé en tu partida y sentí que estabas.
Tal vez te alumbraba o eras vos mismo que en tu viaje eterno hiciste esta parada.
Esta noche misma....que es tu cumpleaños.
En el cielo de mi patio, esta noche misma.
Te miré perderte entre la neblina de este cielo raro, de esta noche rara de niebla rosada.
Te dije de nuevo cuanto te quería, te solté un beso y te vi de nuevo perderte en el cielo..
Que no morimos, que nunca nos vamos, que siempre volvemos donde ya estuvimos...
Lo que fue, eso mismo será; lo que se hizo, eso mismo se hará: ¡No hay nada nuevo bajo el sol! Ecl 1,9
lunes, 11 de noviembre de 2013
A veces los padres
a veces ausentes,
a veces no tanto,
a veces el tiempo,
a veces las cosas,
a veces la vida...
o tal vez... quien sabe.
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