Bendiciones
Presentes, cotidianas, rezadas y sin plegarias, merecidas y ni soñadas , en el momento menos pensado o a la hora más esperada, como caricia pronunciada, como bálsamo que alivia, como regalo del cielo.
Como expresiones de fe o como vuelo del alma,
A veces encubiertas, ocultas, disfrazadas; y otras como tales: reveladas, reconocibles, mágicas! Con la gratuidad de la ofrenda, en hechos o en palabras, las bendiciones nos llegan y como sean, nos salvan.
Como expresiones de fe o como vuelo del alma,
A veces encubiertas, ocultas, disfrazadas; y otras como tales: reveladas, reconocibles, mágicas! Con la gratuidad de la ofrenda, en hechos o en palabras, las bendiciones nos llegan y como sean, nos salvan.
Y el corazón nos susurra una canción de alabanza, y sonreímos benditos, nos ha vuelto la esperanza!
"En aquellos días, María se puso de camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel escuchó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo, y dijo voz en grito:
¡Bendita tú eres entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. ¡Dichosa tú que has creído!, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá."
¡Bendita tú eres entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. ¡Dichosa tú que has creído!, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá."